viernes, 2 de octubre de 2015

Ya hemos llegado a Santiago de Compostela. Los vapores de los diferentes licores y vinos con los que celebramos la llegada ayer me impidieron escribir la reseña correspondiente.
La última etapa estuvo muy bien, cansada como todas pero muy bonita. Sobre todo los primeros kilómetros hasta llegar al aeropuerto, que curiosamente no se ve, sólo se escuchan los aviones. Yo personalmente no vi ningún avión en el aire, supongo que estaba más pendiente de mis pisadas.
Mi obsesión era terminarme la última bandeja de jamón que llevaba, pero con vino y pan. Así que intente conseguir estos dos complementos en los bares que iba viendo por el camino.
Lo del vino no había problema, pedía unas cuantas copas y las echaba en la botella de agua. Hasta ahí todo bien.  Pero en cuanto mencionaba que también quería un poco de pan, joder, ni que estuviera pidiendo dinero, que  no, que no vendían pan, que tenían poco, etc. Mil excusas, así que mi cabreo iba en aumento. Y para como de males estaba catalizado porque ayer decidí no fumar más. Mira que he tenido un camino estupendo fumando todo lo que he querido, y ayer, con el mono a cuestas y Galicia me iba a negar un pedazo de pan!!!
Pues es lo que me faltaba. Hasta que los dioses pusieron un supermercado en mi camino, justo a la hora de comer!
Así que compre una botella de vino, dos hogazas pequeñas de pan, porque era todo lo que les quedaba, y un cuarto de queso. Un kilometro más tarde estábamos comiendo como dos campeones, en una piedra a modo de banco que había en una esquina, justo enfrente de un restaurante.
Cuando terminamos, a la vuelta de la esquina había unas mesas maravillosas con banco de piedra a la sonora sombra y al sol, y con un río al lado... Pero ya habíamos comido. Y dos km después pasamos por unos restaurantes con una pinta.... Pero claro, ya no teníamos hambre.

Con los pies cansados llegamos a Santiago y nos plantamos en la plaza del Obradoiro donde vimos a Jan que nos hizo una foto.  Como estábamos muy cansados nos fuimos rápidamente al hotel, y a la vuelta de la catedral, en la plaza de Platerías vimos a Patrik y a Silvia de los que nos despedimos muy cariñosamente.

Después de asearnos bien fuimos a la misa del peregrino. Al entrar decían los lugares de donde venían los peregrinos. Bueno de todos menos de donde vengó yo, Madrid.  En fin, mi sino.

Después nos fuimos de vinos con Carlos que llegó desde vigo y con Jose y Anxons (Angeles), amigos de Carmen aquí en Santiago, que nos llevaron por muy buenos lugares aquí en el centro de Santiago. Terminamos cenando cosas ricas, con más vino y más licores. Y ya no recuerdo más.

Aquí la etapa de rigor

Ya hemos llegado!!!!


 Iglesia curiosa de Lavacolla. Con su cementerio al lado como es normal en Galicia
 La verja del aeropuerto, llena de cruces. Emocionante

 Me hice una foto rápida con esta escultura a la entrada de Santiago.

Y con esto llegamos al epílogo....

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