martes, 29 de septiembre de 2015

Ya he llegado a Arzúa. No pensé que llegaría nunca. Menuda paliza la de hoy, he llegado arrastrado como no recuerdo otro día, pero he llegado. Y Carmen esta hecha un toro que ha llegado fresca como una lechuga. Es que no se ha quejado nada de nada, y el día ha tenido sus aventura.

Empezamos tomando un desayuno en el hostal donde hemos dormido. No solemos desayunar al salir sino ya habiendo recorrido algunos km en el camino. Es mucho más agradable y te sientes como que ya estas en faena. Pues hemos comprado unos plátanos y dos porciones de empanada que prometían mucho y nos hemos dirigido a Melide que estaba a mitad de camino. Es un sitio en la frontera de Lugo y La Coruña que dicen que esta lleno de pulperías y que hacen el pulpo tan rico como en Carvallino. Así que teníamos muchas ganas de llegar.

 Tantas que nos hemos perdido al salirnos del camino. En lugar de desandar nuestros pasos he retado a Carmen a atravesar un bosque muy denso que parecía tener un sendero. Pero hete aquí que el sendero se ha esfumado en menos de treinta metros, y buscando una senda limpia nos hemos adentrado en un bosque muy tupido de árboles, cargos, zarzas, pinchos y todo lo que no he gustaría tener entre tus pies. Ayudado por el bastón y pisando unos cardos muy puntiagudos, y soportando todos los pinchazos del mundo hemos atravesado el bosque hasta llegar a una valla  de pinchos, muy alta y que además tenía una buena pared hasta el camino. Así que hemos tenido que deshacer nuestros pasos para buscar un sitio donde saltarla. Lo hemos encontrado como a 200 meros donde al otro lado hacia un prado y una casa. A Carmen no le gustaba la idea porque podríamos encontrar vacas, o un toro, o algún perro, y aquí ser ven muchos mastines... Yo pensaba más en un gallego amable que nos ayudara, y que nos invitara a algo rico para recuperáremos de nuestras doloridas piernas. Al final ha pasado lo de siempre, que el prado estaba desierto. Pero el muy cabron tenía más valla, con más pinchos y más alta.
Hemos visto una puerta muy alta con unas flechas en la parte superior. Yo he conseguido saltarla subiéndome a la mochila y sorteando las fechas amenazantes sobre mi entrepierna.
Cuando finalmente he saltado al otro lado de la valla le ha tocado el turno a Carmen. Afortunadamente había un hierro que atravesaba la parte medioalta de la puerta, pero no llegaba a todo el ancho de la puerta y no alcanzaba el pilón de granizo del extremo.
Con gran dificultad Carmen ha conseguido encaramarse a la barra que atravesaba la puerta, pero los barrotes de la puerta eran muy estrechos y no permitían girar el cuerpo. Además estaban las flechas que también la amenazaban. Afortunadamente había una flecha doblada por donde con mucho esfuerzo y más riesgo aún Carmem podía intentar darse la vuelta para pasar una pierna justo por donde estaba la flecha doblada. Pero si se llega a resbalar... Me quedo sín Carmen. Yo intentaba darle todos los apoyos pero la puerta era muy alta por lo que mi ayuda era un poco inútil. Pero es que no había otra salida que volver al bosque de las zarzas y pinchos. Finalmente Carmen ha hecho un giro de pies que le ha permitido pasar la pierna por la zona de la flecha doblada y ya con los dos pies al lado exterior de la puerta ha conseguido saltar al suelo.
Tenía todo el pantalón ensangrentado por los pinchos y zarzas. Pobrecita, se ha portado como una valiente. Luego me ha cantado las cuarenta durante un rato. Yo creo que ya se le ha pasado. Acaba de salir de la ducha. Es broma, no ser ha quejado nada pero dice que soy un irracional. A lo mejor un poco si que lo soy.

Hemos por fin llegado a Melide y nos hemos recompensado con una tapa de pulpo increíble. Exquisito. Ya con el susto pasado hemos vuelto el camino. Al salir de Melide nos hemos comido los trozos de empanada, que no estaban mal, pero no tan ricos como pensábamos.
Hemos coincidido un rato con Jan, el de la perrita y con un piloto retirado de la usaf y de AA. Se llama Bob y el pobre tenía a su mujer con gastroenteritis que hoy no le pudo acompañar.

Ahí me ha empezado a doler la espinilla y he llegado renqueante a Arzúa. Con tan mala suerte que nuestro hotel estaba al otro extremo del pueblo a las afueras, total casi tres km de propina. Lo único bueno es que eso nos lo ahorramos mañana. Lo malo es que este hotel es el típico de carretera y Carmen tenía uno reservado cuatro km antes y con pinta de hotelito con encanto

Aquí la etapa de hoy, casi diez horas hasta llegar. Es que estaba muy perjudicado. Aqui los datos de la etapa

Y aquí el recorrido

Esta es una iglesia dedicada a Santa Maria, del siglo XII a la que le están sacando los frescos. Tiene una pila bautismal del siglo VIII de los templarios. Y tiene el segundo sello mas antiguo del camino de Santiago

Carmen a cuatro km de nuestro destino, que al final han sido seis...

Jan y yo en un descanso sobre el puente del río Iso
Sólo quedan dos etapas...

2 comentarios:

  1. Un poco irracional si... pero con tantos km. A la espalda desandar el camino ... puffff.

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  2. La irracionalidad también tiene su lado bueno. Esos momentos los recordamos con mucha alegría ahora. Ya sabes a toro pasado...
    Maria, muchas gracias por tu apoyo y sugerencias. Te mando un beso grande querida hermana.

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