lunes, 21 de septiembre de 2015

Ya sabia que el día de ayer iba a ser largo. Y con cositas.
Empezamos en Leon donde por fin pudimos visitar la catedral. Que impresionante es. Y no es para menos, tardaron casi trescientos años en construirla. Es algo que no se te va de la retina. Ayer después de los treinta y ocho km de la etapa anterior y dado que estaban Carmen y Ana haciéndome el camino menos solitario con su visita, nos fuimos a Astorga, que es también bonita por los cuatro costados. La catedral, si otra, el palacio de Gaudi, las plazas. Bueno, pues pudimos comprar mantecados que me esperan a la vuelta. Pero me comí una palmera de chocolate de llorar de rica. Y de segundo plato comimos un chuletón impresionante. Lo malo es que después de comer se fueron Carmen y Ana. Directas a casa por la N VI.  Yo me fui al albergue.

Albergue San Javier... Cuarenta camas en literas en el piso segundo... Pero no adelantemos acontecimientos. Estuve hablando con el hospitalero, Juan Pablo. Y le di mi ropa, pantalones incluidos, que ya era hora, para lavar y secar. Ayer vago total, ni colada hice. Asi que me fui a dar una ducha. El agua salía cono la manguera de los antidisturbios. Pero...fría!!! La muy cabrona estaba fría!!. Bueno, lo mejor, la salida calentita. Ya limpio y aseado me fui a ver el partido de baloncesto. Ay que ver Gasol, es una máquina. Con la victoria de España decidí tomarme un gin tonic para celebrarlo. En esto me topé con cuatro americanas histéricas preguntando por la camarera. Que tenían que llamar al servicio de transporte de mochilas y se les había hecho tarde. Les ayudé enviando un whatsap que me confirmaron, pero con tan mala suerte que al albergue que van no dejan llevar las mochilas, con lo que las dejaran en otro albergue. Tremendo lío van a tener  Pero he tenido suerte porque en ese otro albergue he podido reservar la última habitación individual, y de paso si puedo arreglare el tema de las mochilas. Pero eso ha sido esta mañana. La noche... Que nochecita. Me acosté sobre las once sin nada de sueño, pero claro, estaba todo el mundo ya acostado, y que iba a haber yo solo con el hospitalero, Gelo, muy buena gente de Astorga, pero en plan hippy. Es lo que hay. Pues  la noche ha sido todo un concierto sinfónico con ópera incluida. Ahí roncada todo el mundo y en distintos tonos y tesituras. Y luego el ruido de las literas. Vamos, que si a eso le añades que he estrenado es saco de dormir pues eso, toda la noche en blanco. Y para rematar me han quitado el cargador del móvil. A ver si encuentro uno por el camino.
Así que cierro la etapa de ayer ahora mientras desayuno.
Gracias a todos los que leéis mis andanzas.

El río es la que es el que le lleva todo el agua al duero.
 La catedral de León, inolvidable

La catedral de Astorga que no se queda corta

9 comentarios:

  1. ¡¡ Jesús !! Cualquier día ves Santiago desde lo alto de un cerro, parecía mentira cuando empezaste hace un par de semanas y ya has hecho mas de la mitad. Una pena lo de los robos en los hostales. Un abrazo

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  2. Y el LuisMo, donde se ha quedado? ... solo dos etapillas? .. ya verás cuando le vea... que cagao!!!

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  3. A mi también me encantó la Catedral de León. .. es de ponerte a llorar de la emoción. 😊. Un beso Javier. Animo.

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